Dejar morir lo que tiene que morir

A muchos quizas el hecho de la muerte los asuste, pero últimamente he pensado que la muerte es solo un paso a la libertad, a dejar ser el alma y llegaba al punto de pensar que hay cosas en uno que definitivamente tienen que morir, por que es la única manera que nazca lo que tiene que nacer y así florecer. Hablo de sentimientos que no valen la pena que nos obstaculizan y que nos estancan para crecer.

He venido leyendo un libro excepcional llamado mujeres que corren con lobos de Clarissa Pinkola Estés, psicoanalista de la escuela de Carlos Jung, que por cierto describe y relata con cierta facilidad la naturaleza de la mujer y me tiene encantada.

En especial un cuento ruso, muy parecido al de la cenicienta pero con una historia mucho mejor desarrollada y menos maquillada. Un resumen de la historia :

VASALISA LA SABIA

Había una vez una joven madre que yacía en su lecho de muerte. Llamó a su pequeña hija Vasalisa y le regaló una muñeca, vestida igual que ella. Y le dijo que si alguna vez se extraviaba o necesitaba ayuda, le preguntara a la muñeca lo que tenía que hacer. La madre murió y el padre se volvió a casar con una mujer que tenía dos hijas, y las tres odiaron desde el principio a Vasalisa porque era dulce y bella. Un día la enviaron al bosque a buscar fuego, para que se encontrara con Baba Yaga, la bruja temible. Vasalisa llegó pese a su miedo –guiada por su muñeca- a la casa de la bruja. Esta intentó confundirla con preguntas capciosas, pero la pequeña supo sortear sus trampas. Baba Yaga la hizo permanecer en su casa haciendo tareas domésticas imposibles, que sólo gracias a la astucia de su muñeca pudo la niña realizar. Finalmente, la vieja accedió a darle el fuego y le dijo que si quería, podía responderle más preguntas. En ese momento la muñeca de Vasalisa comenzó a agitarse en su bolsillo, y la pequeña dijo: “gracias, Baba. Como tú misma me dijiste una vez, saber demasiado puede hacer envejecer prematuramente a una persona”. La Bruja gruñó, preguntándose cómo esta niña podía tener una sabiduría tan impropia de sus años. Le dio una calavera encendida, colocándola en la punta de un palo, y así Vasalisa regresó a su hogar portando el fuego delante suyo. Al entrar, no pudo impedir que la calavera de pronto arrojara la lumbre por sus ojos y su boca, y redujera a cenizas a las tres malvadas mujeres.

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Vasalisa representa nuestro instinto femenino, la fuerza, la voz interior, la salvaje, la arriesgada, la sabia, ese poder que  tenemos como mujeres y que hemos pérdido, ella nos indica el buen camino. para extraer la verdad de las cosas, "para exprimir el alimento de nuestras ideas, para ver lo que es necesario ver, saber lo que es necesario saber, ser las guardianas de nuestros propios fuegos creadores y adquirir un íntimo conocimiento de los ciclos de la Vida/Muerte/Vida de toda la naturaleza… en eso consiste ser una mujer iniciada". Clarissa Pinkola