Inicie mi viaje hace tres días y desde que sali de bogota hacia Pasto, tenía mil sentimientos encontrados de nostalgia, felicidad, miedo. Sentía de todo. Pero trataba de calmarme y tranquilizarme dejando fluir el momento. Comencé a entender que debo soltarme que la actitud es muy importante y que hay cosas que son más simples de lo que piensas.
Cuando iba en el avión hacia Pasto me hice amiga del pasajero de al lado y me ayudó a llegar a pasto ya que el aeropuerto queda a una hora de la ciudad, el me compartió su taxi y no pague nada. Seguidamente me llevó hasta el terminal para que tomara el bus hasta Ipiales que queda a 2 horas y media, ahí me di cuenta que me había encontrado con un hermano llamado David.
En el camino a Pasto, interactué con un señor que era profesor y había vivido casi por toda latinoamerica, se sorprendió al.verme viajando sola pero me dio muchas recomendaciones allí sentí que me había encontrado un papá llamado Oswaldo, se preocupó tanto que estuvo pendiente hasta mi llegada a la casa en Ipiales y posteriormente mi llegada a Quito.
En Ipiales me quedaba donde la mamá de una amiga de mi amiga Esperanza de Cúcuta. La señora Luz y es que eso era, una luz divina en mi camino. Me sentí como la más consentida. Me dio comida de mamá, me arropó y estuvo pendiente de que no sufriera del frio, cosa imposible de lograr con una calentana como yo. Y así me di cuenta que estaba con mi abuela luz, un sol de mujer. Estuvo muy asustada porque estaba viajando sola, ella me recomendó que no hablara con nadie , de eso me reído todo el camino, porque indiscutiblemente, el hecho de que le Converses a la gente es lo que te ayuda a seguir, pero entiendo sus miedos.
En la mañana sali temprano y visite el Santuario de las lajas y aunque no soy muy católica escuche la eucaristía y puede decir que fue la más linda misa en la que he escuchado, el padre hablo de amar a Dios sobre todas las cosas y de amar a tu prójimo como a ti mismo, pero que aquellos que dicen que aman a Dios y no aman a su hermano son unos hipócritas. Porque Dios esta en las personas.
Después de ir al santuario salí al puente internacional rumichaca y pase a inmigración Colombiana para sellar mi salida del país y seguidamente entre a migración Ecuatoriana, este proceso fue como de una hora y luego tome un taxi hasta Tulcán, la primera ciudad de Ecuador, allí me esperaba la hermana de mi amiga Carolina Suarez, ex compañera de trabajo.
Ella me esperó en el parque principal y me llevó a conocer el cementerio de tulcan, reconocido por sus grandes arbustos con figuras espectaculares, ella fue como una prima me ayudó a cargar mi maleta y yo debía salir rumbo a Quito pero se me había hecho muy tarde y el recorrido era de 6 horas por lo que me recomendó visitar un pueblo intermedio y quedarme allí y salir al otro día hacia Quito.
Ella llamo a su amiga doña patricia y le pidió que me hospedará esa noche y así fue me fui a Ibarra a 3 horas de Tulcán.
En el camino hacia allí, me encontre otra prima, Susana. Nada más y nada menos que licenciada en ecoturismo, mejor suerte no podia tener, hablamos mucho de la gente buena del.mundo, sólo que a la mala le dan más prensa. Me regaló un mapa turístico del Ecuador una manilla con el mensjae Ecuador ama la vida y me dijo que ella había recorrido casi todo ecuador con una miga pidiendo aventon. Sus tenía 24 años.
El camino hacia Ibarra era imponente, paisajes hermosos por lado y lado.
Llevaba dos días fuera de casa y me había sentido como en familia.
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