Debo confesar que la gente rabona y resentida no va conmigo, sobre todo el tipo de personas que vive hablando mal de la humanidad, del país y de las condiciones en las que vivimos. Y creo que nadie está exento de sentirse así, porque yo también me he sentido así y me pasa como cuando me entero que un niño se muere en la puerta de un hospital o en manos de su padre o cuando sé que se extinguió un animal gracias a la mano del hombre, como en estos días que me enteré que el rinoceronte negro no volverá a tocar la faz de la Tierra, eso me duele mucho y me digo; el ser humano como puede llegar a ser tan destructivo en la vida, en fin respiro profundo y continuo.Entre menos tóxicos seamos con nosotros mismos podríamos llegar a una armonía con nuestras vidas y el universo entero. Y cuando digo tóxico hablo de pensamientos autodestructivos de "la vida es una porquería". Sin embargo no pretende ser la persona más positiva y optimista porque siempre he pensado que los extremos no son buenos y tengo una clara obsesión con estar en el medio y ser lo más neutral posible.
Se trata de entonces de ver el lado bueno de la vida y de llevar el camino siendo consciente y aprender de todo lo que el universo nos regala.
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