domingo, 24 de febrero de 2013

Cuando éramos niños

Tener a mi mamá conmigo ha sido en realidad una recarga de energía fantástica.
Después de 2 años lejos de ella, compartir con ella es algo maravilloso.
Hace poco días sacamos fotografías de cuando era pequeña y me encontré con esta divinura,
Ver esa cara de inocencia me hizo recordar cuando mi mayor preocupación era encontrar ese bendito oso que me acompaña y pues de lo feliz que fui de niña, traviesa por cierto.

Ahora uno se complica más la vida, me hace pensar que crecer es una trampa, pero no en realidad la trampa las pone uno, quien se llena de maricadas es uno y quien se aferra a pendejadas es uno.

El ser grande es aburridisimo, nada te sorprende, nada es nuevo, como que ya todo está inventado.
Sin embargo tenemos la decisión de cambiar esa vida aburrida de adultez por un poquito de actitud de cuando éramos niños.

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